Las causas más comunes de la bursitis son los movimientos repetitivos o posturas que irritan las bolsas alrededor de una articulación. Los ejemplos pueden ser:

• Lanzar una pelota de tenis o levantar algo por encima de su cabeza varias veces
• Apoyarse en los codos durante largos períodos de tiempo
• Mala posición de las rodillas, para tareas como la colocación de suelos de moqueta o lavado
• Permanecer sentado, especialmente sobre superficies duras

En el cuerpo, podemos encontrar pequeñas zonas con más líquido y tejido, que “acolchan” la superficie. Este es el caso de las zonas de tejido que rodean a las rodillas y los codos.

Dichas bolsas se encuentran debajo de la piel, por lo que corren un mayor riesgo de lesión y de posterior infección. La bursitis crónica suele ser causada por la sobreexigencia a largo plazo.

El movimiento repetido de una unidad músculo-tendón provoca fricción en la Bursa. A medida que continúa la actividad, la Bursa se inflama y puede llenarse de líquido. La Bursa se engrosa y no funciona correctamente. La Bursa y el tendón pueden irritarse.