Los primeros síntomas de cáncer de hígado suelen ser vagos y no exclusivos de trastornos del hígado.

El largo período entre el comienzo del crecimiento del tumor y los primeros signos de la enfermedad es la principal razón de que tenga un índice de mortalidad tan alto. En el momento del diagnóstico, los pacientes suelen estar cansados, con fiebre, dolor abdominal y pérdida de apetito (anorexia). Pueden parecer demacrados y enfermos en general. A medida que el tumor crece, también lo hace la membrana que rodea el hígado, causando dolor en la parte superior derecha del abdomen. El dolor puede extenderse a la espalda y el hombro.

Algunos pacientes desarrollan una acumulación de líquido en la cavidad abdominal, denominada ascitis. Otros pueden mostrar signos de sangrado en el tracto digestivo. Además, el tumor puede bloquear los conductos del hígado o la vesícula biliar y causar ictericia. Los pacientes con ictericia tienen el blanco de los ojos y la piel de color amarillo y la orina se vuelve oscura.