Claudicación intermitente Síntomas
La claudicación intermitente posee una serie de signos y síntomas que pueden ayudar, cuando el paciente acude a un especialista a diagnosticar la enfermedad evitando falsos positivos y tratamientos inadecuados. Se caracteriza por dolores, entumecimiento y sensación de cansancio muscular.
Los síntomas aparecen al caminar cierta distancia o realizar actividad física que compromete los miembros inferiores, situación que mejora en reposo. En la claudicación intermitente, la distancia recorrida antes de aparecer el dolor que obliga a detenerse suele ser constante en un mismo paciente. El dolor se va a manifestar en los grupos musculares de las zonas con deficiente irrigación sanguínea.
Si los dolores en las zonas de deficiente irrigación, se mantiene cuando el paciente se encuentra en reposo, este síntoma indica una evolución de la enfermedad, y es imprescindible acudir a un especialista para iniciar un tratamiento lo antes posible.
Los problemas de circulación que puede provocar la claudicación intermedia, pasan por síntomas como el frío constante por la ausencia de irrigación en determinadas zonas, más comúnmente en las extremidades.
La tonalidad de la piel se va a ver afectada de la misma manera, y la hemoglobina y los glóbulos rojos, van a concentrarse en las zonas más internas del cuerpo, con lo que el paciente va a tener una tonalidad de más blanca de lo habitual. La uñas de los pies, de las manos y el pelo va a crecer a mayor velocidad por el deterioro celular acelerado por la mala circulación.
La obstrucción arterial también provoca una mayor dificultad para la cicatrización de las heridas, así como una mayor frecuencia de infección.
En casos de enfermedad muy avanzadas, pueden aparecer lesiones tróficas en las extremidades distales. Estas se caracterizan por úlceras y gangrena, que en lesiones crónicas suele ser del tipo seco.