En caso de que exista un nivel de colesterol elevado se recomienda una ingesta con una mayor proporción de alimentos ricos en fibra (frutas, verduras, legumbres…), medida con la que se obtiene una reducción significativa del colesterol en sangre de alrededor de un 5-10%. Es necesario, además, evitar la ingesta excesiva de grasa saturada y de colesterol, siguiendo los criterios expuestos en la tabla adjunta. 

Tras la instauración de una dieta hipolipemiante es importante repetir los análisis de sangre pasados unos 3 meses para valorar la respuesta a la dieta.

Si la respuesta no es adecuada, podría estar indicado, bajo prescripción médica, la utilización de medicamentos destinados a reducir los niveles de colesterol eb sangre (llamados estatinas) que actúan inhibiendo un enzima que interviene en la síntesis endógena de colesterol, bloqueando su síntesis.

Estos medicamentos, como cualquier otro, pueden tener efectos secundarios que deben ser valorados por el médico prescriptor. Recientemente se ha retirado del mercado un fármaco de última generación de esta familia, la cerivastatina, debido a la aparición de efectos secundarios inaceptables. 

Por ello, estos medicamentos siempre deben ser prescritos y estar recetados por un médico, quien se encargará de realizar los controles médicos pertinentes. Es, además, importante seguir correctamente el tratamiento dietético, el cual resulta eficaz en un alto porcentaje de las personas que padecen una hiperlipemia, evitando, en algunos casos, la necesidad de recurrir a los fármacos.