La conjuntivitis también recibe el nombre de ojo rosado, es una inflamación o infección de la membrana transparente, denominada conjuntiva que cubre el párpado y parte del globo ocular.

La inflamación hace que los vasos sanguíneos pequeños de la membrana  conjuntiva pasen a ser más prominentes, que es lo que provoca la modificación en el color del ojo dándole una tonalidad rosa o rojo en lugar del color blanco normal.

La causa de la conjuntivitis es comúnmente una infección bacteriana o viral, una reacción alérgica o, en los bebés,   un incompleto proceso de desarrollo de los conductos lagrimales.

Aunque la inflamación de los ojos en el curso de la enfermedad puede ser irritante,  rara vez afecta a la visión. Si el paciente tiene sospechas de conjuntivitis aguda, puede tomar medidas para aliviar las molestias. Pero debido a que la conjuntivitis puede ser muy contagiosa y el diagnóstico precoz equivocado, el tratamiento es mejor para ayudar a limitar su propagación.

Los falsos positivos en el caso de la conjuntivitis son reiterados debido a que se puede confundir con multitud de patologías, desde un leve desprendimiento de la retina o un simple enrojecimiento por un ambiente muy cargado a patologías derivadas de la gonorrea.