Para ayudar a determinar un diagnóstico de los síntomas, es probable que se realicen varios exámenes y pruebas. El médico debe determinar si tiene una crisis de ansiedad, un trastorno de pánico u otra condición, como problemas del corazón o tiroides, que se asemeja a las crisis de ansiedad.

Las pruebas y exámenes pueden ser:

• Examen físico: Puede incluir tomar sus medidas de la altura y peso, chequeo de signos vitales, como la frecuencia cardíaca, presión arterial y temperatura, auscultar el corazón y los pulmones y examinar el abdomen
• Pruebas de laboratorio: Pueden incluir un conteo sanguíneo completo, pruebas de tiroides y otros análisis de sangre. También pueden realizarse  pruebas de corazón, como un electrocardiograma, para ayudar a determinar si está funcionando adecuadamente
• Evaluación psicológica: Un profesional le hablará sobre sus síntomas, preguntará cómo se siente, con qué frecuencia se producen, cuándo se producen y por cuánto tiempo los ha tenido. También le preguntará sobre las situaciones estresantes, miedos o preocupaciones que tenga en su vida, problemas de pareja y otras cuestiones que le afecten. Es posible que le pregunten sobre el abuso de sustancias o alcohol

No todo el que sufre crisis de ansiedad tiene un trastorno de pánico. Para ser diagnosticado con trastorno de pánico, debe cumplir con los siguientes criterios:

• Tiene frecuentes crisis de ansiedad inesperadas
• Al menos una de esas crisis ha sido seguida por un mes o más de preocupación persistente de tener otra crisis, el temor constante de las consecuencias de una crisis, s como perder el control, sufrir un ataque cardíaco o volverse loco  o un cambio significativo en su comportamiento, como evitar situaciones que piensa que pueden desencadenar una crisis de ansiedad
• Las crisis de ansiedad son causadas por el abuso de sustancias u otra condición de salud mental, como la fobia social o agorafobia

Si tiene crisis de ansiedad, pero no un trastorno de pánico, puede beneficiarse de un tratamiento. Si las crisis de ansiedad no se tratan pueden empeorar y convertirse en  trastorno de pánico o fobias.