Muchas mujeres hacen de la cena su comida principal del día y hacen comidas ligeras durante el día, justo cuando el cuerpo necesita más combustible, en el desayuno y el almuerzo. Al hacer esto, el cuerpo tiende a almacenar la mayor parte de esas calorías como grasa en el cuerpo porque su cuerpo está metabolizando todas esas calorías de la cena en un momento en que se queman menos calorías: cuando estás dormida.

Hay muchas razones para comer más verduras: Los estudios han demostrado que las personas que comen con frecuencia pequeñas cantidades durante el día, tienden a consumir menos calorías y gramos de grasa al final del día. Esto también tiene supone una potencial pérdida de peso: el metabolismo quema más calorías de los alimentos cuando el consumo se extiende durante todo el día. Comer vegetales también evita el cansancio provocado por la bajada de la glucosa en sangre y es más suave para el estómago.

Es difícil romper con el hábito de las grandes cenas, especialmente si es una costumbre familiar. A continuación se indican algunos cambios que puede incorporar poco a poco para poder disfrutar de una cena ligera y cómoda:

Sirva cenas bajas grasa y postres tan a menudo como sea posible. Sirva porciones pequeñas o moderadas en la cena y el postre. Seleccione comidas ligeras, como sopas y ensaladas. Trata de no comer bocadillos y porciones grandes de postre. Muchas personas comen por la noche porque se aburren. En vez de comer, dese un baño relajante, lea un buen libro, escuche música o charlar con los amigos por teléfono.