El tratamiento de los procesos víricos es sintomático, administrando analgésicos y antitérmicos para la fiebre y el dolor. Es habitual que los niños no quieran comer, principalmente por el dolor. Se aconseja administrarles líquidos frescos.

La faringoamigdalitis estreptocócica se trata con antibióticos, por lo general penicilina, aunque también son eficaces otros antibióticos. El curso de antibióticos debe completarse, ya que si se interrumpe una vez que el paciente se encuentra bien (suele ocurrir a los pocos días), la infección puede activarse de nuevo o no eliminarse el estreptococo de la garganta, con el riesgo de que aparezcan complicaciones.