Orejas de soplillo
Dr. Javier Cerqueiro. Médico especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. Clínica Cerqueiro. La Coruña. Sanatorio San Francisco de Asís. Madrid.
“Una deformidad fácil de corregir” .
En China, cuando un niño nace con orejas prominentes se considera una señal de buena suerte. No ocurre lo mismo en occidente, donde afecta a un 5% de la población y donde muchos niños soportan burlas y comentarios de compañeros de colegio por su causa.
Muchas anomalías de la oreja son descubiertas en etapas muy posteriores al nacimiento, explica el doctor Javier Cerqueiro, cirujano plástico que trabaja en La Coruña y Madrid, de hecho, sólo el 60% de las orejas prominentes son detectadas inmediatamente después de nacer. Las deformidades graves de la oreja (carencia de ella o desarrollo muy deficiente) son afortunadamente mucho menos frecuentes.
¿Cuáles son las deformidades más habituales?
La más frecuente son las orejas soplillo o prominentes en las que se da una curvatura deficiente de un pliegue llamado antehelix, una excesiva profundidad de la “concha” de la oreja o ambas.
Otras deformidades relativamente frecuentes son orejas con pliegues anormales, orejas con mayor número de pliegues de lo normal, “apéndices” accesorios de piel y cartílago presentes delante de la oreja, etc.
Detectándolas a tiempo, ¿se pueden corregir sin cirugía?
Cuando existen pliegues anómalos o deficientes de la oreja la mayoría responderían a medidas no quirúrgicas si el método es introducido correctamente y a tiempo.
Disponemos de gran variedad de ingeniosos dispositivos cuyo principio en común es mantener una posición corregida de un determinado pliegue de la oreja durante el mayor tiempo posible en las etapas iniciales de la vida.
Los dispositivos deben de estar hechos de un material poco irritante para la piel de la oreja (tubos moldeables de silicona y tiras adhesivas hipoalergénicas de papel) y deben de aplicar una presión limitada para evitar dañar la piel de la oreja.
¿Cuándo se puede empezar el tratamiento?
El cartílago del bebé es sumamente maleable. Lo ideal es empezar el tratamiento lo antes posible después del nacimiento.
Hay estudios que demuestran buena respuesta a éstos dispositivos en pacientes de hasta cinco años. Si un bebe se trata en el primer mes, la deformidad se corrige a menudo en las primeras seis semanas; en el primer año, puede requerir dos o más meses de tratamiento; y en etapas posteriores, la aplicación debe ser más duradera.
Aunque es más eficaz, no es totalmente necesario utilizar éstas férulas todo el tiempo, es suficiente utilizarlas durante unas horas todos los días, por ejemplo por la noche.
¿Qué podemos hacer si las cosas se complican cuando el niño empieza a ir al colegio?
Lamentablemente, en la sociedad occidental, existe una carga negativa asignada a ésta característica anatómica, pero no hay que dramatizar la situación. En ocasiones no se dan estos efectos negativos y la mejor postura que pueden tomar los padres y adultos que rodean al niño o adolescente es precisamente aceptar la prominencia auricular como una característica variable de la normalidad.
Por otra parte, existen estudios que demuestran el efecto que unas orejas prominentes pueden tener en aspectos como el desarrollo psico-social, la autoestima, los niveles de ansiedad y concentración, etc. Los pacientes que acuden a la consulta por este motivo no son sólo niños con problemas escolares, sino que el problema puede afectar a adultos en los que el impacto en su autoimagen, bienestar psicológico y su autoestima es manifiesto tanto en su lugar de trabajo como en su medio familiar y social.
¿En qué consiste una otoplastia, la operación para modificar la forma de la oreja?
La forma de la oreja tiene una importante influencia en las proporciones visuales de la cara y cabeza, especialmente cuando nos vemos desde delante o por detrás. En una intervención de otoplastia el objetivo es mejorar la forma de la oreja de un modo permanente. Existen muchas técnicas de otoplastia que pueden producir buenos resultados si son aplicados por un médico especialista y con experiencia.
En la más comúnmente utilizada se introducen incisiones lineales en el pliegue detrás de la oreja y despega la piel del cartílago durante la intervención para modificar la forma de la oreja mediante una combinación de incisiones y suturas internas.
¿Hay novedades en este sentido?
El desarrollo de la cirugía plástica-estética busca y consolida técnicas eficaces y en las que la recuperación sea rápida y con una frecuencia lo más baja posible de efectos indeseables.
Una innovación que está resurgiendo desde su descripción original es la denominada otoplastia sin cicatrices: ésta intervención es llevada a cabo a través de punciones, instrumentos de un diámetro muy reducido y suturas.
Tanto la otoplastia clásica como la técnica sin cicatrices se pueden realizar con anestesia local y sin sedación. En niños muy pequeños o en pacientes muy nerviosos también se puede optar por una sedación o anestesia general con la contribución de un anestesista.
¿Qué ventajas aporta la nueva técnica con respecto a las tradicionales?
Es importante aclarar que otras opciones de otoplastia pueden ser preferibles según el caso a tratar, sin embargo ésta innovación técnica ofrece una importante serie de ventajas: no produce cicatrices lineales, la piel de detrás de la oreja queda intacta, la probabilidad de sangrado excesivo, hematoma o infección es prácticamente nula, el paciente sale de quirófano sin vendajes, y la reintegración al mundo escolar o laboral es muy rápida, entre 24 y 48 horas. Además, los resultados son totalmente naturales.
Existen también excepciones y limitaciones a la hora de emplear esta técnica: cuando la concha o depresión central de la oreja es muy profunda, o cuando el cartílago es extraordinariamente duro o inelástico, puede ser preferible optar por la otoplastia más tradicional, que también es practicable con anestesia local siempre que el paciente entienda el procedimiento y colabore con el cirujano.
Todas las técnicas de otoplastia tanto tradicionales como las más recientes tienen un índice de recurrencia en la que la deformidad vuelve a estar presente en pacientes intervenidos. Si se produce ésta situación en el caso de otoplastia sin cicatrices la técnica podría repetirse igualmente de forma mínimamente invasiva.
Un consejo general
Es deseable aceptar las orejas soplillo como una variación de la normalidad sin dramatizar la situación y evitando ser el origen de comentarios. Si se predice o detecta un problema de adaptación, las orejas soplillo constituyen una deformidad fácil de corregir mediante métodos sin cirugía en edades tempranas de la vida o mediante cirugía en manos expertas con técnicas de otoplastia eficaces y cada vez menos invasivas.
Ninguna intervención quirúrgica debe tomarse a la ligera y los padres deben dirigirse a médicos con el título oficial de especialista que le expliquen el proceso de tratamiento en detalle, los objetivos y los posibles efectos indeseables de una otoplastia.