Osteoporosis
Se denomina osteoporosis a una enfermedad de los huesos, caracterizada por una disminución de la masa ósea y una alteración de la microarquitectura de los mismos, que conlleva una mayor fragilidad del hueso y le hace más susceptible a las fracturas.
De hecho el propio nombre de la enfermedad lo indica, ya que osteoporosis (que parece muy difícil de pronunciar) no significa más que "hueso poroso".
La masa ósea varía en relación con la edad, el sexo o la raza, y se puede medir mediante la densitometría ósea. Pero cuando la masa ósea disminuye, con respecto a lo considerado normal a una determinada edad, el hueso es más frágil y se puede romper ante traumatismos mínimos.
La osteoporosis ha sido considerada como una enfermedad inevitable que se asocia al proceso de envejecimiento. Sin embargo, esta enfermedad se puede prevenir y también actualmente, se puede tratar eficazmente con los nuevos fármacos antirresortivos.
La masa ósea va aumentando durante el crecimiento, hasta que llega a su valor máximo, denominado "pico de masa ósea", entre la segunda y tercera década de la vida.
A partir de ese momento la masa ósea comienza a disminuir. Primero lentamente hasta que llega la época de la menopausia en la que esta pérdida se acentúa.
Evidentemente, dependiendo del nivel máximo de masa ósea que se haya alcanzado en la adolescencia, cuando comience la pérdida de masa ósea, se llegará antes o después al punto umbral en el cual el hueso se puede fracturar ante traumatismos mínimos.
Los factores que aumentan el riesgo para padecer osteoporosis se muestran en la tabla. Algunos no se pueden modificar como son la genética, edad y sexo. También es importante considerar el aumento de la población de riesgo, debido al aumento de las personas mayores de 60 años.
Hay que tener en cuenta que el 30% de las personas mayores sufre al menos una caída al año, debido a las alteraciones visuales o auditivas, que se producen con la edad, a la presencia de otras enfermedades, y a las barreras arquitectónicas en la calle y a que la vivienda no es adecuada (alfombras y otros objetos en el suelo con los que es fácil tropezarse).
Los síntomas de la osteoporosis son poco expresivos excepto cuando se produce una fractura, principalmente de cadera, de vértebras o de la muñeca. Por ello, a las personas con factores de riesgo puede ser conveniente realizarles una densitometría ósea, si su médico lo considera conveniente.
Las fracturas de cadera son las más graves, ya que es preciso tratarlas mediante una intervención quirúrgica, y se pueden producir complicaciones.
En España se producen unas 33000 fracturas de cadera al año, y ello supone aproximadamente unas 31000 intervenciones quirúrgicas. La gravedad también se puede expresar en cifras: el 30% de los pacientes con fractura de cadera fallecen en los 12 meses siguientes a la fractura y muchos de ellos quedan con incapacidades y minusvalías importantes, que les impiden caminar.
Las fracturas vertebrales son extremadamente dolorosas, y se produce la deformación característica del tórax en cifosis, (la clásica "chepa" o joroba), que se asocia a disminución de la talla.
El diagnóstico se realiza mediante la densitometría ósea, que es una técnica que mide, de forma precisa y fiable, la masa ósea. No causa dolor.
También con esta técnica se puede evaluar la evolución de la enfermedad y los efectos del tratamiento. Las radiografías son útiles para ver las fracturas pero únicamente reflejan la osteoporosis cuando ya se ha perdido más del 30% del contenido mineral del hueso.
La osteoporosis se puede prevenir con una dieta rica en calcio, y con actividad física adecuada a la edad, ya que el ejercicio constituye un estímulo para la formación de hueso. Además se recomienda evitar el tabaco, el alcohol, la sal y el café en exceso.
Los principales alimentos ricos en calcio son los lácteos, tanto leche (entera o desnatada tienen similar aporte de calcio) como yogures o derivados (queso…).
La lactosa de la leche favorece la absorción del calcio. También son ricos en calcio los pescados azules (boquerones y sardinas) y los frutos secos. El aporte de calcio recomendado es de unos 1000 mg al día en adultos y de unos 1500 mg al día en adolescentes y en mujeres postmenopáusicas sin tratamiento hormonal sustitutivo.
Esto se consigue mediante el consumo de 4 a 5 raciones al día de lácteos o derivados. Para asimilar mejor el calcio que se ingiere es necesaria la vitamina D.
Esta vitamina se forma en la piel gracias a la acción de la luz solar. Por ello, se recomienda al menos media hora de paseo al aire libre. También se puede prevenir las fracturas, que suelen producirse por caídas. En la calle hay que tener mucho cuidado con los desniveles, agujeros, obras….
En la vivienda, el suelo debe permanecer libre de obstáculos con los que uno se pueda tropezar (alfombras, juguetes), mantener una iluminación adecuada y evitar pisar sobre suelos mojados o resbaladizos.
Asimismo es importante una correcta graduación de la vista, uso de zapatos con suela antideslizante, ayuda del bastón para caminar si preciso. En lo posible se evitarán medicamentos o bebidas que puedan producir mareos.
En cuanto al tratamiento farmacológico, en primer lugar son útiles las hormonas en mujeres postmenopáusicas como medida preventiva de la pérdida de masa ósea en las mujeres de alto riesgo.
Logran una reducción del riesgo de fracturas de cadera de un 50%. Además pueden evitar los síntomas propios de la menopausia y es posible que también disminuyan el riesgo de demencia. Están contraindicadas si hay riesgo de cáncer de útero y mama, y su médico evaluará, en cada caso particular, la relación riesgo/beneficio.
Otros fármacos inhiben la reabsorción del hueso, como son la calcitonina y los bifosfonatos, y se ha demostrado en los estudios clínicos que mejoran la densidad ósea e incluso la tasa de fracturas.
Otras veces es necesario administrar calcio y vitamina D en forma de comprimidos, que se ha demostrado también que es una medida eficaz, cuando la dieta no logra cubrir los requerimientos. Su médico le prescribirá, en caso de que fuera necesario, el fármaco más adecuado para usted.
Factores de riesgo de osteoporosis
- Sexo femenino
- Raza blanca
- Falta de hormonas sexuales y de ciclo menstrual
- Menopausia precoz o pubertad tardía
- Constitución delgada y pequeña
- Dieta habitual baja en calcio
- Escasa exposición a la luz solar
- Falta de actividad física
- Exceso de consumo de alcohol, café y tabaco
- Antecedentes familiares, en padres y hermanos, de osteoporosis
Evalúe su riesgo de osteoporosis con los siguientes cuadros de criterios:
Criterios mayores |
Sí |
No |
– Menopausia antes de los 45 años |
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– Extirpación quirúrgica de los ovarios antes de los 50 años |
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– Antecedentes de fracturas previas |
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– Tratamientos con derivados de la cortisona |
Criterios menores |
Sí |
No |
– Constitución delgada |
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– Antecedentes familiares de osteoporosis |
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– Lleva más de 10 años desde la última regla |
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– Dieta habitual desde la juventud baja en calcio |
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– Bebe habitualmente bebidas alcohólicas |
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– Fumador (más de 10 cigarrillos día) |
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– Vida sedentaria |
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– Facilidad para las caidas, o problemas de equilibrio |
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– Problemas visuales |
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– Deterioro cognitivo (tipo demencia) |
Si ha contestado Sí a un criterio mayor o a más de 2 criterios menores se aconseja consultar a su médico, según la Fundación Hispana de osteoporosis y enfermedades óseas (FHOEMO).
Recomendaciones sobre posturas correctas para pacientes de osteoporosis
- Lo básico es evitar los movimientos que hagan curvarse la espalda
- Dormir en cama dura, bien de lado con una almohada entre las rodillas, o bien boca arriba con una almohada bajo las rodillas, de forma que la espalda quede apoyada
- Para acostarse en la cama, primero siéntese en el borde y después inclínese lateralmente, apoyándose en los brazos
- Para levantarse, póngase de lado en el borde y baje las piernas, a la vez que utiliza los brazos para levantar el tronco
- Cuando tenga que estar de pie un cierto tiempo, procure apoyar un pie en un escalón o en un taburete unos 10-15 cm más elevado
- No sentarse en sillones o sofás bajos, excesivamente mullidos
- Se recomienda sentarse en silla recta, manteniendo la espalda erguida, con los pies apoyados en el suelo, y sin curvar la columna
- Evitar cargar pesos. Es preferible que los empuje en un carrito. Si ha de llevar bolsas, reparta el peso en los 2 brazos
- Si es necesario levantar algún objeto, flexione las caderas y rodillas, colocándose casi en cuclillas para que el esfuerzo lo realicen los músculos de las piernas y no la espalda. Procure aproximar la carga lo más posible al cuerpo
- Para sentarse y levantarse de las sillas, utilice la ayuda de los brazos y de los músculos de las piernas
Regeneración de la armonia por Tai Chi
El Tai Chi es una antigua forma de ejercicio de origen chino en el que se desarrolla especialmente la coordinación y el control del equilibrio mediante giros suaves y armónicos que a veces recuerdan los movimientos de algunos animales.
Esto conlleva que las personas que practican Tai Chi toman conciencia de su cuerpo, con lo que logran entenderlo mejor, mantienen mejor el equilibrio y, a la vez, corrigen errores posturales.
Por sus diferentes efectos sobre el organismo, todas las personas pueden beneficiarse de la práctica de Tai Chi como ejercicio físico. En el caso de las caídas y fracturas, las personas que más se pueden beneficiar son las mayores, incluso las de más edad avanzada.
Se trata de un ejercicio aeróbico de bajo-moderado impacto con efectos beneficiosos en general (respiratorios, cardiovasculares, musculares, inmunes y de salud mental), por lo que es recomendable para numerosas condiciones y para individuos y pacientes tanto jóvenes como de edades avanzadas.
En cuanto a los pacientes con osteoporosis, la práctica de Tai Chi es especialmente recomendable para mantener o mejorar la masa ósea y, en general, también lo es en las personas mayores de 65 años para evitar las caídas.
Prevalencia
La alta prevalencia de la enfermedad se debe, fundamentalmente, al envejecimiento de la población y al estilo de vida, jugando un papel importante el sedentarismo, la ingestión de alcohol, el tabaco, las dietas, etc.
Las mujeres en etapa postmenopáusica son el grupo de población más afectado, debido fundamentalmente a las alteraciones hormonales de este período. Así, el déficit de estrógenos en esta etapa de la vida acelera la enfermedad considerablemente.
Para que se produzca una fractura por una caída, habitualmente es necesario un segundo factor: la fragilidad del hueso, producida por la pérdida de calcio. Por eso, las personas con fragilidad en los huesos como en la osteoporosis, con una caída menor pueden sufrir una fractura. La causa más frecuente de fracturas en el anciano es la caída casual.
Junto a la práctica de Tai Chi y ejercicio en general, los pacientes con osteoporosis deben seguir un tratamiento farmacológico continuado, riguroso y controlado, ya que se ha demostrado que diversos medicamentos reducen el riesgo de fracturas. Disminuyendo el riesgo de caídas con el Tai Chi y el riesgo de fractura con la medicación, se controla la raíz de las complicaciones de la osteoporosis.
Tratamiento de la osteoporosis
Aunque la prevención de la osteoporosis es siempre más eficaz que su tratamiento, existen terapias farmacológicas, cuyo objetivo es incrementar la densidad ósea. Así, la calcitonina de salmón administrada vía nasal, aumenta la masa ósea y ha demostrado su efecto en la prevención de fracturas vertebrales y de caderas.
Es probablemente el tratamiento mejor tolerado y más seguro de los actuales, lo que lo hace especialmente indicado en la población anciana (>65años). Además, tiene un efecto analgésico, muy útil en el caso de fractura, y es el único que ha demostrado eficacia a un plazo de 5 años (el resto sólo lo han hecho a 3 años).
La calcitonina es una hormona peptídica segregada por las células C de las glándulas paratiroides. Actúa como inhibidor de la resorción ósea, de tal forma que disminuye la formación de osteoclastos o células destructoras del hueso, así como su agregación.
En este sentido, los resultados de los diferentes ensayos clínicos realizados con calcitonina de salmón ponen de manifiesto que es un tratamiento seguro y clínicamente beneficioso para estabilizar o mejorar la densidad ósea y mejorar la movilidad del paciente.
Por otra parte, los estudios realizados han documentado que las fracturas osteoporóticas se asocian con una incapacidad significativa y que su presencia implica para los pacientes un riesgo de nuevas fracturas.
En esta incapacidad se incluiría el dolor, las limitaciones funcionales y la depresión, lo que supone un deterioro importante de la calidad de vida del paciente desde el punto de vista de su funcionamiento físico y psicológico, su capacidad para la función social, la satisfacción y bienestar general y la percepción del estado de salud.
Por ello, la reducción del dolor secundario a una fractura vertebral es un importante objetivo del tratamiento, y las estrategias terapéuticas deben dirigirse a aliviar el dolor, lo que, en consecuencia, evitará la permanencia en cama y facilitará la deambulación del paciente.
En este sentido, los 25 años de uso de la calcitonina de salmón han demostrado que, además de su efecto en el tratamiento de la osteoporosis, tiene un efecto analgésico, que reduce el dolor de las fracturas osteoporóticas vertebrales y de otras fracturas.
Hasta ahora, los estudios realizados con los tratamientos para la osteoporosis habían tenido como objetivo confirmar su eficacia en el aumento de la densidad ósea de los pacientes, que es la causa de la producción de las fracturas. Además de esto, el Estudio PROOF (Prevención de la Recidiva de Fracturas Osteoporóticas confirmó la eficacia de la calcitonina de salmón en la disminución del riesgo de fracturas óseas durante 5 años.