Prevención cáncer ginecológico
Cuando hablamos de cáncer ginecológico nos referimos a los cánceres del aparato genital femenino (vulva, vagina, útero, trompas y ovarios) y al cáncer de mama. Los cánceres genitales representan entre el 13 y el 16 % de todos los cánceres y el de mama el 23 %.
La prevención del cáncer supone la supresión o neutralización de los factores carcinógenos presentes o confirmados y el tratamiento de las enfermedades precancerosas. La prevención puede ser primaria, secundaria y terciaria. La prevención primaria la haremos suprimiendo los distintos factores de riesgo en cada uno de los cánceres. La prevención secundaria la logramos mediante la detección precoz y hemos de señalar que entre los cánceres ginecológicos sólo dos, el de cuello uterino y el de mama, son tributarios de cribaje poblacional (campañas de detección precoz).
Para detectar precozmente el cáncer de cuello uterino disponemos de la citología cérvico-vaginal y la determinación del ADN de VPH de alto riesgo. Se recomienda realizar la primera citología a los 21 años, o al comienzo de las relaciones sexuales. Si la mujer tiene factores de riesgo para este cáncer la citología debe hacerse frecuentemente.
Como método de cribaje poblacional del cáncer de mama se emplea la mamografía que deberá realizarse anualmente desde los 40 años hasta la menopausia. Y posteriormente cada 2 años hasta los 70-75 años. Si la mujer está bajo terapia hormonal sustitutiva, la mamografía se hará anualmente. En mujeres con alto riesgo de padecer cáncer de mama, la mamografía se hará anualmente.
En la detección precoz del cáncer de endometrio es muy útil la ecografía vaginal, pero lo mejor es hacer histeroscopia con biopsia dirigida, si se estima necesario.
El empleo de anticonceptivos hormonales orales durante 5 años o más reduce el riesgo de cáncer epitelial de ovario, al menos en un 50 %.