Quemaduras solares
Dra. Isabel Aldanondo, especialista de la Unidad de Dermatología Pediátrica de la Clínica San José de Madrid.
"Las quemaduras solares en la infancia aumentan el riesgo de melanoma."
Con el verano vuelven a encenderse las alarmas contra la exposición al sol. En este sentido, hay que ser especialmente cuidadoso con los más pequeños ya que, como explica la doctora Isabel Aldanondo, especialista de la Unidad de Dermatología Pediátrica de la Clínica San José de Madrid, “la exposición solar durante la infancia, especialmente la quemadura solar, está estrechamente relacionada con el desarrollo de melanoma en la edad adulta, con otros tumores de la piel y con el envejecimiento cutáneo prematuro”.
¿Cuándo debe realizarse el primer control dermatológico del recién nacido?
Tan pronto como los padres observen cualquier alteración de su piel, y el pediatra considere oportuna la valoración dermatológica. Mi opinión personal es que debe ser pronto, no tanto para evaluar la piel del bebé como para proporcionar a los padres unas directrices adecuadas sobre su cuidado. Hay muchos estudios en que se demuestra que una intervención educativa precoz con la madre es clave para prevenir la quemadura solar en la infancia.
Especialmente en verano, ¿es importante conocer el fototipo del bebé?
No tanto; lo que es importante es que, independientemente del tipo de piel, los bebés no se expongan al sol de manera directa. Esta precaución debe observarse de forma muy estricta en los menores de 6 meses.
A partir de los 6 meses pueden usarse fotoprotectores pediátricos, pero siempre como un complemento a unos hábitos correctos de fotoexposición, esto es: evitar las horas centrales del día (de 12 a 17h), jugar siempre a la sombra, usar siempre sombrero, de ala ancha o que tape el cuello y las orejas, y usar ropa apropiada que proteja de la radiación ultravioleta, por ejemplo, para bañarse al sol.
¿A partir de qué momento puede determinarse ese fototipo? ¿Cómo se determina?
El fototipo se define en función de la pigmentación de la piel, los ojos y el cabello, y por la capacidad para broncearse o la facilidad para quemarse con el sol. Desde los primeros meses de vida el color de los ojos y del pelo orientan sobre el tipo de piel, pero no son los únicos datos importantes.
El riesgo de padecer un melanoma no viene dado sólo por tener una piel u ojos claros, por ser pelirrojo y con pecas, sino también por tener una escasa capacidad para broncearse, por tener muchos lunares, por haberse quemado en la infancia y por tener antecedentes familiares de melanoma. De todos estos factores, el único que podemos y debemos controlar es la exposición solar, especialmente en la infancia.
¿Qué problemas suelen encontrarse los padres en los primeros días de vida del bebé?
Además del cuidado del ombligo, que habitualmente no suele plantear problemas, hay una serie de dermatosis que son comunes en el neonato y también muy banales, pero para los padres todo es nuevo y pueden ser un motivo de preocupación. El pediatra resolverá sus dudas y remitirá al bebé a un dermatólogo si lo considera oportuno.
¿Cuáles son las enfermedades dermatológicas más frecuentes del recién nacido?
El eritema tóxico del recién nacido, la pustulosis cefálica, el acné neonatal o la costra láctea y la dermatitis seborreica son procesos frecuentes. En las primeras semanas puede instaurarse también la dermatitis atópica, sin duda el motivo de consulta dermatológico más frecuente en la infancia.
En general, ¿son procesos complicados? ¿Tienen tratamiento?
En general son procesos leves, que muchas veces se resuelven de manera espontánea. Por supuesto, tienen tratamiento. La dermatitis atópica en la infancia tiene un espectro de afectación grande: desde formas muy leves que se controlan adecuadamente con medidas higiénicas correctas hasta formas graves que requieren tratamientos agresivos. Afortunadamente estos últimos casos son los menos.
¿Qué papel juega la higiene en esta primera etapa de la vida? ¿Cuáles son los errores más frecuentes?
La higiene es muy importante para asegurar el bienestar del bebé, para prevenir infecciones de la piel y problemas dermatológicos frecuentes como la dermatitis del área del pañal. El cambio de pañal debe ser frecuente. Los bebés deben bañarse diariamente. Los baños deben ser cortos y con agua templada, no excesivamente caliente. Deben usarse jabones adecuados.
Yo aconsejo el uso de syndets, que son agente limpiadores sin jabón, que respetan el manto hidrolipídico de la piel. Después del baño hay que usar una crema hidratante, que su dermatólogo puede recomendarle. En niños con dermatitis atópica, la higiene excesiva, los productos inadecuados, los baños prolongados, etc, dificultan el control de la enfermedad.
Errores frecuentes son: tratar las afecciones cutáneas con productos recetados en otra ocasión y para otro proceso, sin consultar al especialista, usar de forma abusiva o prolongada un producto prescrito o usarlo con menor frecuencia que la prescrita, por miedo a los efectos secundarios, lo que muchas veces resulta en un tratamiento ineficaz y que se alarga excesivamente.
Un consejo general
Consultar al dermatólogo o al pediatra ante la aparición de lesiones cutáneas. Ser muy estricto con la fotoprotección; en este punto, vital, su dermatólogo puede aconsejarle y adiestrarle en el uso de fotoprotectores y en un cambio de hábitos de fotoexposición. Cuando el bebé crezca y empiece a tener lunares, éstos deben someterse a una revisión anual.