Salud dental en la infancia
Dr. Luis Cabeza Ferrer. Odontólogo
“Los padres no están concienciados de la necesidad de prevenir los problemas dentales de sus hijos”
La mayoría de los niños nacen con unos dientes sanos y fuertes, pero según avanza la edad, se van alejando de los cuidados sanitarios, de la higiene y de una alimentación equilibrada, lo que incide decisivamente en su salud bucodental. Así lo explica Luis Cabeza Ferrer, Profesor de Estética y Odontología de la Universidad Europea de Madrid, un experto que alerta sobre la falta de previsión en este sentido: “los padres no están concienciados de la necesidad de prevenir los problemas dentales de sus hijos”.
Mojar el chupete en azúcar, dormir con el chupete o meterse el dedo en la boca ¿son hábitos poco recomendables?
Cuando se utiliza el chupete impregnado en azúcar, miel o los bebés toman líquidos azucarados durante la siesta o por la noche, las bacterias de la placa dental producen ácidos que atacan el diente. Después de muchos ataques al esmalte dental, este se rompe y se forman caries, es lo que conocemos como “boca de biberón”.
Chupar es un hábito normal del niño, que hace que se sienta feliz y seguro. El hábito de dormir con chupete, tetina o de chuparse el dedo, generalmente disminuye después de los dos años. En algunos casos, si un niño continúa chupándose el dedo vigorosamente durante mucho más tiempo de los tres años, puede crear problemas en el desarrollo normal de los dientes y deformar el paladar.
¿Cuáles son los problemas más frecuentes que provocan estos hábitos?
Los dientes de leche son tan importantes como los definitivos para la masticación, el habla y la estética y además, guardan el espacio en las mandíbulas para los dientes definitivos. Si los dientes de leche se pierden demasiado temprano, los dientes definitivos no tendrán espacio para colocarse correctamente, estarán torcidos y apretados. Estos niños serán más propensos a las caries, a inflamaciones de las encías y alteraciones de la sonrisa.
¿Cómo influye la alimentación de los primeros años?
Cuidar una alimentación sana y equilibrada desde los primeros meses del niño puede convertirse en un freno para la formación de caries. En los bebés, después de cada biberón, es aconsejable dar un masaje a las encías con las yemas de los dedos y evitar que se queden dormidos mientras toman el biberón con leche, zumos u otros líquidos azucarados. Entre tomas, cuando los bebés tengan sed, es aconsejable darles agua en lugar de bebidas azucaradas.
De un año y medio a cinco años, es el momento de hacer que el niño adquiera buenos hábitos alimenticios. Los niños de esta edad dependen de los padres para que elijan alimentos apropiados, como bocadillos, para una alimentación sana y equilibrada y para que mastiquen bien. Pero si el niño come muy a menudo bocadillos con alimentos azucarados, los dientes pueden carearse y deteriorarse.
En general, los niños deben consumir al menos medio litro de leche al día y derivados lácteos: queso, yogures… etc, que aportan proteínas, azúcares, grasa, calcio, minerales y vitaminas.
¿Y qué hacemos con las chucherías y los dulces?
Hay que evitar que los niños tengan dulces todo el día en su boca. No se trata de que no disfruten de sus “chuches preferidas”, sino de que el azúcar no esté en contacto con los dientes de forma muy repetida y prolongada para que las bacterias no se instalen en la boca y evitar, así, las caries.
¿En qué momento hay que enseñar a los niños a lavarse los dientes?
El niño depende totalmente de sus padres para el cuidado dental. Después de cada comida, para quitar la placa, deben limpiarse los dientes y las encías con una gasa húmeda. Para ello, la madre debe sentarse en un sofá con la cabeza del niño hacia ella o acostar al niño viendo así fácilmente la boca.
El cepillado y el uso de hilo dental se debe empezar en los dientes de leche, cuando hayan salido todos, es decir, alrededor de los dos años o dos años y medio. A esa edad, es mejor no utilizar pasta dentífrica porque es muy difícil para el niño enjuagarse. Para despertar el interés del niños por el cepillado es bueno convertirlo en un juego.
A los cuatro o cinco años los niños pueden ser capaces de cepillarse los dientes solos porque empiezan a tener destreza manual y habilidad para enjuagarse. Los padres deben vigilar para asegurarse de que sus hijos se cepillan concienzudamente y hay que utilizar sólo dentífricos infantiles.
¿Cuándo hay que acudir al dentista por primera vez?
Entre los dos y los tres años o antes si se observa alguna anomalía como infecciones frecuentes de amígdalas, algunas alergias, masticar por un solo lado, respirar por la boca…Eso permitirá detectar problemas de forma precoz y prevenir complicaciones.
Se ha comprobado que los niños con caries pesan menos y además tienen irregularidades en el sueño.
Un consejo general
Es importante que los padres recuerden siempre estos puntos: poner sólo agua en el biberón de la siesta o en el de la noche; limpiarles la boca diariamente en cuanto salga el primer diente; llevar al niño al dentista por primera vez entre los dos y los tres años; cepillar y usar el hilo dental en los dientes de su hijo durante dos o tres minutos hasta que él sea capaz de hacerlo solo; evitar que el niño tome colas y dulces entre comidas; cuidar la alimentación, que debe ser variada con frutas y vegetales, lo más beneficioso para los dientes; y por último, visitar dos veces al año al dentista, que es el único capaz de detectar cualquier alteración desde un principio y prevenir las enfermedades en dientes y encías.