El factor masculino en las parejas estériles se da en más de la mitad de los casos
El estudio del llamado “factor masculino” ha sido uno de los temas estrellas del Congreso Internacional de Andrología que ha reunido en Barcelona a 700 expertos de todo el mundo. Se trata de un problema más habitual de lo que creemos.
Según datos de Instituto Marquès, en 8 de cada 10 parejas que acuden a los centros de referencia buscando ayuda para ser padres, la causa de la esterilidad está en el hombre, de forma exclusiva o bien compartida con la mujer.
Una de las causas más habituales de abortos o fallos en Fecundación In Vitro son las anomalías en los cromosomas de los espermatozoides. Según un estudio elaborado por Instituto Marquès presentado en el Congreso Internacional de Andrología, este problema afecta a una de cada 3 parejas con infertilidad de larga evolución; se trata de pacientes que llegan a España tras una larga y desesperada lucha por el embarazo con múltiples intentos fallidos de Fecundación In Vitro en países como Gran Bretaña, Italia, Noruega, Suecia, Austria, Estados Unidos, Arabia Saudí, Marruecos, Nigeria o Australia.
Las razones por las que una pareja atraviesa el mundo y llega a Barcelona para un tratamiento de reproducción hasta hace poco tiempo eran de tipo legal, por estar prohibidas determinadas técnicas en su país. Pero las cosas han cambiado: Actualmente casi la mitad de las parejas extranjeras que reclaman ayuda lo hacen por fallos previos en ciclos de FIV buscando tecnología más avanzada que les permita tener mayores opciones de éxito.
Según la Dra. López-Teijón, directora del Servicio de Reproducción Asistida de Instituto Marquès, “en los últimos 2 años hemos tratado a 270 parejas procedentes de casi 30 países que llevaban entre 8 y 20 años intentando ser padres. El 62% de ellas han conseguido embarazo evolutivo en la primera transferencia de embriones.
La historia personal, humana, que hay detrás de cada una de ellas es francamente emotiva y un ejemplo de lucha y de cómo enfrentarse a los fracasos con la esperanza de poder llegar algún día a ser padres”.
¿Por qué tantos intentos en otros países?
La Andrología es una ciencia nueva que estudia la capacidad reproductiva del varón. Hasta el momento, la formación específica en esta materia se venía realizando como una subespecialidad dentro de la Urología.
Sin embargo, la rápida evolución de los conocimientos y de las técnicas específicas requiere cada vez más médicos que se dediquen exclusivamente a la Andrología, aunque todavía son pocos los urólogos dedicados a esta ciencia y en muchos países escasean también los especialistas.
En consecuencia, todavía en muchos países las pruebas más novedosas se siguen realizando a las mujeres y no a los hombres; en la mayoría de ellos se analiza exclusivamente el seminograma. El problema es que un seminograma estudia las características externas de los espermatozoides pero no nos da información sobre su dotación cromosómica ni sobre la integridad de las cadenas de ADN.
Por ello, y tras múltiples intentos fallidos de Fecundación In Vitro, estas parejas acaban acudiendo a los centros de referencia en esterilidad. Al llegar muchas de ellas solicitan tratamiento con óvulos de donante porque han pasado los años y la mujer ya tiene baja reserva de folículos ováricos (esto es muy frecuente a partir de los 40 años).
“La sorpresa les llega cuando les decimos que aunque nadie antes se lo haya diagnosticado, el problema es masculino, y que la donación de ovocitos no es la solución porque la causa está en él. Es una situación que se nos presenta a diario”, añade la Dra. Marisa López-Teijón.
Últimas técnicas para el estudio genético de la infertilidad masculina
En muchos de estas parejas con esterilidad de larga evolución, según se apunta en el trabajo que Institut Marquès presenta en el Congreso de Andrología, el estudio del código genético de los espermatozoides mediante la técnica de FISH (Hibridación in Situ Fluorescente) permite descubrir si existen anomalías cromosómicas que impedirán el embarazo, y decidir si es necesario recurrir a un posterior análisis genético de esos embriones mediante PGD para comprobar que estén sanos antes de transferirlos, o bien a semen de donante.
No obstante, no siempre la técnica de FISH resulta concluyente. Por ello en ocasiones se recurre a otras técnicas cuyo diagnóstico es más definitivo, como el estudio de meiosis que se realiza a partir de una biopsia del tejido testicular.
Claro que no todos los varones están dispuestos a someterse a la incisión en los testículos que esta prueba comporta. Según la Dra. Marisa López-Teijón, “aunque la actitud del varón en los tratamientos de esterilidad ha cambiado mucho a lo largo de los últimos años, todavía nos sorprende la facilidad con que la mujer se somete a técnicas que pueden llegar a ser molestas, mientras que cuando le toca a él, muchos prefieren acudir a un banco de semen antes que dejarse hacer esta prueba”.