Baño del bebé
El recién nacido se puede empezar a bañar a partir del momento en que se desprenda el muñón umbilical, es decir, los restos del cordón umbilical. Antes de ese momento, el bebé se lava por partes con una esponja, sin sumergirle en el agua.
Un recién nacido no necesita bañarse todos los días, siempre y cuando se mantenga bien limpia la zona del pañal cada vez que se cambie. Durante el primer año, se le puede bañar incluso cada dos días y, mientras tanto, mantenerle limpio (sobre todo, la cara, las manos y el culito).
El baño, paso a paso
Si se toman las suficientes precauciones, la hora del baño se puede convertir en un momento maravilloso, en el que los padres y el bebé tienen la oportunidad de conocerse mejor, así como de jugar y mimarse. Veamos cómo hay que bañar al pequeño:
- Verter en la bañera primero el agua fría, añadir después el agua caliente y comprobar la temperatura con un termómetro especial para el baño. El agua debe estar templada, pero no caliente (entre 29 y 37 ºC).
- Desnudar al bebé, envolverle en una toalla y sostenerle sobre las rodillas para limpiarle los ojos, la boca y la cara con un algodón empapado en agua templada, previamente hervida.
- Sumergir al niño en el agua, apoyando su cabeza en el hueco del brazo y sosteniendo, a un mismo tiempo, la parte exterior de su hombro con la mano. Pasar el otro brazo por debajo de su culito y sujetarle por una pierna. Sumergir al pequeño en la bañera empezando por los pies.
- Para lavarle la cabeza, mantener al bebé en posición horizontal, apoyando su cabeza en el brazo. A continuación, enjabonarla con mucho cuidado.
- Lavarle el resto del cuerpo con una manopla de esponja o con una esponja natural. Limpiar cuidadosamente los "pliegues" de su piel.
- Para lavarle la espalda, coger al niño por la parte exterior de su hombro, pasando el brazo por delante de su pecho.
- Por último, sacar al bebé de la bañera. Un truco: es más fácil si la mamá o el papá se coloca una toalla sobre el pecho y la sujeta con la barbilla.