Cigarrillo mentolado: fácil para empezar, difícil de abandonar

El mentol incrementa el número de partículas extrafinas en el humo del tabaco con un mayor riesgo para la salud. Los fumadores de cigarrillos mentolados son mas adictos que los fumadores de no mentolados. La suavidad y frescor de los cigarrillos mentolados facilitan el inicio en el hábito.

La Revista Prevención del Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha publicado una editorial elaborada por un grupo de neumólogos expertos en tabaquismo que, a partir de la revisión de la literatura científica existente, analiza las características de los cigarrillos mentolados. 

El artículo concluye que lejos de la imagen popular impulsada por la publicidad de las propias empresas tabacaleras de que el cigarrillo mentolada era el “menos malo” para la salud, la realidad es que por sus características favorece el inicio el hábito tabáquico, crea mayor dependencia y dificulta el abandono, por lo que los neumólogos demandan a las autoridades que estudien la prohibición del uso del mentol como aditivo en los cigarrillos.

El mentol es un alcohol secundario que se encuentra en los aceites de menta. La principal razón para mezclarlo con el tabaco es utilizar los efectos sensoriales de la menta para enmascarar los efectos negativos del humo del tabaco (aspereza, dureza, irritabilidad) y superponer sus cualidades positivas. 

Por un lado, gracias a estimular los receptores del frío, proporciona la sensación de una inhalación más fresca y profunda y, por otro lado, su efecto analgésico local suaviza el efecto de fumar. Esta es la razón por la que el cigarrillo mentolado favorece la captación y retención de los jóvenes y adolescentes al tabaco.

Un estudio de 2006 de Hersey et al mostró que el consumo de cigarrillos mentolados es significativamente más frecuente en los estudiantes de enseñanza media y que los adolescentes que empezaban a fumar lo hacían en mayor porcentaje con cigarrillos mentolados en comparación con los no mentolados. 

“El mentol es añadido en parte porque es conocido que posee una característica atractiva para los fumadores inexpertos o para aquellos que rechazan la aspereza del tabaco siendo los cigarrillos mentolados más “fáciles” de fumar” explica el Dr. Segismundo Solano, neumólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y miembro de SEPAR.

Otro efecto conocido del mentol es que su capacidad desensibilizadora de los receptores nicóticos es mayor que la de la propia nicotina y la recuperación de esta desensibilización es más lenta. 

Las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años por equipos de neurólogos como K Ahijevych et al. y JE Muscat et al. establecen que los fumadores de mentolados no solo son adictos a la nicotina sino también a los efectos y percepciones del mentol. 

“Un ejemplo es que el tiempo trascurrido hasta el primer cigarrillo de la mañana de los fumadores con mentol es más corto que en los fumadores de cigarrillos normales, lo que es indicativo de mayor adicción” apunta el Dr. Solano.

Tal vez porque aumenta el grado de adicción, los fumadores de cigarrillo mentolados presentan bajos porcentajes de cesación y altas recaídas ya que al efecto recompensa de la nicotina se suma también la recompensa asociada al mentol: frescura y suavidad. 

El Dr. Solano también destaca el estudio de Pletcher. Fue el primero en encontrar incrementos significativos en el número de recaídas y la mayor dificultad para abandonar el hábito pero además constató que los efectos sobre la salud son muy similares entre los cigarrillos mentolados y no mentolados. 

“Esto es importante destacarlo porque a menudo se ha querido relacionar el cigarrillo mentolado con los beneficios asociados con los remedios medicinales a base de mentol como bálsamos, linimentos o pastillas para la garganta, y se presentaba al cigarrillo mentolado como una alternativa más saludable y segura frente al cigarrillo no mentolado, pero está demostrado que esta idea es totalmente falsa y fumar es dañino siempre para salud” explica el Dr. Solano.

“Tras este estudio, concluye el Dr. Solano, parece demostrado que el mentol incrementa el daño en los fumadores debido a que facilita la iniciación, refuerza la dependencia y reduce el éxito de los procesos de abandono”. 

También se han observado complejas interacciones con los efectos adictivos de la nicotina. Algunas evidencias sugieren, por ejemplo, que añadir mentol potencia el daño al incrementar el número de partículas extrafinas en el humo del tabaco lo cual implica mayor riesgo de infarto de miocardio. 

Por todo ello, los autores plantean que las autoridades competentes deberían valorar la exclusión del mentol como aditivo en los cigarrillos.