El cultivo de tabaco languidece tras el recorte de las subvenciones
Las iniciativas para que la gente fume menos tienen unos perjudicados claros: los agricultores tabaqueros. Pero a ellos les preocupa más la desaparición de las subvenciones.
A tan solo dos días de la prohibición total de fumar en lugares públicos, los tabaqueros del norte de Cáceres, donde se produce el 95% del tabaco nacional, no están preocupados por la ley que promovió la anterior ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez.
En España se fuma cinco veces más de lo que se produce en Extremadura, cerca de 42 millones de kilos entre todas las variedades, por lo que el hecho de que se consuma algo menos, de momento, no será un problema.
Pero los agricultores sí se quejan, y lo hacen por la eliminación de las ayudas europeas vinculadas a la producción, que desaparecieron a principios de este año.
Hasta enero de 2010 venían recibiendo casi dos euros por kilo de la variedad Virginia, y un 20% menos por la variedad Burley.
Ahora, sin más ayudas que las que reciben todos los agricultores y ganaderos tanto si producen como si no, que se mantendrán hasta 2013, ven un porvenir muy negro para el cultivo del tabaco.
A los tabaqueros no les salen las cuentas. Hasta hace un año sacaban por cada kilo algo más de 3 euros (los 2 que les daba Bruselas más 1,08 por la venta). Ahora, en el mejor de los casos, sacan 2,30 euros por kilo.
"Lo mismo que nos cuesta producir uno", comenta el presidente de la Sociedad Agraria de Transformación Asociaciones Agrupadas TAB, Tomás Sánchez Várez.
"Hay muchas explotaciones que este año ya han tenido pérdidas porque no solo se ha reducido el margen de beneficio, sino que se han encarecido los combustibles, la energía eléctrica y el IVA.
Si a esto le sumamos que tenemos que vender el kilo de tabaco más caro cada vez, el producto español será menos atractivo para las multinacionales extranjeras, que preferirán comprarlo en otros países donde tengan menos problemas".
Un cigarrillo, está hecho de tabaco de múltiples procedencias. El extremeño quema muy bien, pero es neutro y no aporta ninguna característica al cigarro, por lo que es utilizado como relleno.
"Es un tabaco que, aunque es de buena calidad, no es imprescindible, por eso las multinacionales pueden buscar otros más baratos en países en vías de desarrollo, que no tienen los costes de producción que tenemos nosotros".
De ahí que el futuro sea incierto para las más de 20.000 personas que viven directa o indirectamente del cultivo del tabaco. Aunque cada vez son menos.
En 1989 había 17.300 productores, y hoy solo llegan a los 3.200. Eso sí, aunque se ha reducido el número de explotaciones, la superficie destinada al cultivo se ha mantenido.
Los pocos que se atreven han ido anexionando a sus fincas las tierras de los que las abandonaban. "El hecho es muy simple: tienen que producir el doble para poder ganar lo que ganaban hace unos años".
Las expectativas para el próximo año son aún peores. "La empresa pública [Cetarsa] nos ha dicho que mantendrán la cantidad que nos compraba y los precios, pero las multinacionales privadas ya avisan de que tienen stock y que nos comprarán menos y a menor precio.
Si a esto sumamos que el consumo en el último año ha descendido en un 10%, de seguir en la misma progresión en los próximos años acabaremos con el cultivo del tabaco".
Las industrias relacionadas también se están viendo afectadas. El comercial de una ferretería agrícola comentaba que la morosidad se ha multiplicado por 10, y que no alcanzaban tal índice de impagos desde 1992.
"Son clientes de toda la vida, que nunca han tenido problemas para pagar, pero ahora, por más números que hacen, no les llega. Sabemos cómo está la situación. Por eso estamos reduciendo nuestros márgenes de beneficios y dando más tiempo a nuestros clientes".
En Talayuela (Cáceres), el mayor productor de tabaco de Extremadura, también se nota del desánimo. "Se ve que hay menos alegría en los bares y en los restaurantes", dice una vecina, aunque un jubilado le quita importancia.
"Los agricultores están siempre llorando, cuando llueve porque llueve y cuando hace calor porque hace calor. Lloraban cuando tenían las ayudas europeas, y ahora que no las tienen, lloran también".
Así que la ley antitabaco no es la principal cuita de los productores.