El tabaco de liar es tan adictivo como los cigarrillos
Los fumadores de tabaco de liar son hombres, casados o con pareja, con menores recursos económicos. Los fumadores de tabaco de liar tienen menos intención de abandonar el hábito. En España el consumo de tabaco de liar aumentó en un 60% en el año 2010 y en un 200% desde 2007. Normalmente el tabaco de liar se promociona en épocas de crisis o cuando se ponen en marcha leyes antitabaco; ambas circunstancias se dan ahora en España.
Las causas se fundamentan en su precio, más económico que el tabaco manufacturado, y en argumentos como que es menos nocivo y adictivo.
Estos argumentos han sido debatidos ampliamente en los últimos meses en los medios de comunicación y por la opinión pública.
La Revista Archivos de Bronconeumología que edita la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha publicado un análisis sobre este fenómeno basado en los estudios realizados en los países anglosajones y en Europa donde el debate empezó ya hace años.
El estudio concluye que el tabaco de liar presenta niveles más altos de aditivos, tasas estables de carcinógenos, alquitrán, monóxido de carbono y niveles más altos de nicotina, lo que lo hace más adictivo.
Además, hay que tener en cuenta que la proporción de sustancias en un cigarrillo liado varía según la costumbre de cada usuario, lo que podría aumentar las cantidades de sustancias nocivas.
“Por lo tanto, son al menos tan dañinos para la salud como el tabaco manufacturado” concluye el Dr. José Ignacio de Granda Orive, neumólogo ex coordinador del Área de Tabaquismo de SEPAR y co-autor de esta revisión.
En general y en comparación con el tabaco manufacturado, el tabaco de liar es más prevalente en hombres jóvenes, con menos recursos económicos, casados o con pareja y con menor nivel educacional.
Estos fumadores presentan mayor dependencia a la nicotina, tienen menor motivación para dejar de fumar y creen que el tabaco de liar es menos dañino. Aunque el consumo diario es similar, se ha visto que el modo de fumar es diferente porque las caladas son más frecuentes y las inhalaciones más intensas y profundas.
“Los fumadores de tabaco de liar son menos propensos a dejar de fumar, probablemente porque piensan que estos cigarrillos son menos dañinos y más naturales, y, además de tener menor motivación para dejar el consumo, realizan un menor número de intentos previos de abstinencias” explica el Dr. de Granda.
Hasta un 25% de los encuestados en estudios realizados en países anglosajones piensan que tanto el tabaco de pipa, el puro o el de liar son menos dañinos que el tabaco manufacturado.
Sin embargo, al analizar el contenido en aditivos añadidos al tabaco, se observa que el tabaco manufacturado tiene al menos un 10% de aditivos y que en comparación con la misma marca el de liar contiene hasta un 22% de aditivos.
En países como EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Australia, Francia, Noruega y Nueva Zelanda el consumo de tabaco de liar también ha aumentado debido en parte al incremento de las tasas de tabaco manufacturado dirigiéndose los fumadores a un tabaco más barato.
Los autores de esta revisión consideran que el auge del tabaco de liar no se basa en una moda sino en estrategias de venta con las que no se quiere perder mercado manteniendo así el debate sobre su efecto dañino y evitando que los fumadores dejen el consumo al ofrecer un tabaco más barato.
“El problema es que de este modo se acerca el tabaco a los más jóvenes y sirve de refugio a las personas que por motivos económicos estarían pensando en dejarlo” explica el Dr. Carlos Jiménez actual coordinador del Área de Tabaquismo de SEPAR y co-autor a su vez de esta revisión.