Subir el precio del tabaco, la medida más eficaz contra el tabaquismo
La jefa de la Unidad de Prevención y Control del Tabaquismo del Ministerio de Sanidad, Teresa Cepeda, ha insistido este lunes en que aumentar el precio del tabaco es “la medida más eficaz” para luchar contra el tabaquismo.
Sin embargo, reconoce que la decisión de subir los impuestos sobre este producto depende del Ministerio de Economía.
En la Jornada de Debate organizada por la Fundación Bamberg, en colaboración con la compañía Pfizer, para evaluar los seis meses de aplicación de la reforma de la ley del tabaco, Cepeda ha recalcado que todos los agentes sanitarios están de acuerdo en que el precio del tabaco “tiene que ser muy alto” para reducir el tabaquismo.
Sin embargo, señala que España es “el país con los impuestos del tabaco más altos y no con los mayores precios”. Por ello, deben ser los expertos de Economía quienes “evalúen la trascendencia de esta medida en el contexto económico del país”, pues en lugar de reducir la demanda se podría conseguir eliminar competencia. “Ahí no nos podemos meter, aunque luchemos por que suban los precios”, acota.
Considera “imposible” la erradicación total del tabaquismo, pero dice que la UE fija objetivos para que, de forma gradual, se reduzca su consumo, un contexto en el que nacen leyes antitabaco como la española. Asegura que Sanidad, en sus reuniones con las tabacaleras, las insta a la reconversión, pero esa decisión “está en su mano”.
Falta información sobre los cigarrillos electrónicos
Sobre los cigarrillos electrónicos, Cepeda ha dicho que se trata de un asunto que “preocupa” a la UE, donde acaba de arrancar un debate que estudia modificar la directiva de los productos del tabaco en incluir en ella una disposición que prohíba su uso o advierta de cualquier tipo de daño que pueda generar al consumidor.
No obstante, ha puntualizado que no existe un vacío legal general, sino una falta de regulación específica en relación a estos productos, que están regulados dentro de las leyes de consumo.
Según dice, en estos momentos los expertos de Consumo están pidiendo a los productores de cigarrillos electrónicos las fichas toxicológicas de estos productos, que van acompañados sólo de folletos de propaganda. “Está resultando, comenta, una tarea difícil”.
Ley antitabaco
El secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, ha destacado el “cumplimiento total” que se ha logrado de la actual ley del tabaco y que, a su juicio, “no se han cumplido” las expectativas que apuntaban a un aumento del paro por su entrada en vigor. Dice que el empleo “ha seguido creciendo”, incluso más que el anterior.
Por su parte, el presidente de la Fundación Bamberg, Ignacio Rodríguez-Santana, ha señalado durante su intervención que resolver definitivamente el problema del tabaquismo pasa por poner a este producto “en el lugar donde le corresponde” y comenzar “a tratarlo como lo que es: una droga adictiva y perversa para la salud”.
“Sería necesario, por ejemplo, que el suministro del tabaco –también el tabaco de importación– fuera sin marca, sin logos, colores, identificadores, eliminando su atractivo visual, y sólo expedido en sitios concretos, fuera de los lugares de ocio”, apunta.
Reconvertir las tabacaleras
En todo caso, para Rodríguez-Santana, es “evidente la necesidad de realizar una reconversión de la industria tabaquera en España”, para que agricultores, fabricantes, distribuidores y expendedores puedan “encontrar alternativas a su actividad que les resulten rentables”.
“Estamos en tiempos de crisis y la crisis del tabaco no puede hacerla más honda. Por ello, habría que estudiar un plan de reconversión”, asevera, advirtiendo que también el Estado debe estudiar “planes de recaudación de impuestos alternativos”.
En la actualidad, los impuestos que se pagan en el tabaco representan entre el 78 y el 84 por ciento del precio total. La recaudación anual representa en torno a 10.000 millones de euros.
Para el portavoz del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), Rodrigo Córdoba, abordar la reconversión de la industria del tabaco es también “una necesidad clara”, ya que se van a acabar las subvenciones europeas a este producto y el tratamiento de las enfermedades del tabaco cuesta unos 15.000 millones de euros al año.