Botulismo Tipos y síntomas
Los tres tipos de botulismo incluyen los siguientes síntomas:
– Transmisión por alimentos contaminados
Los alimentos mal conservados o almacenados pueden albergar clostridios productores de toxinas botulínicas. Los síntomas suelen aparecer de 18 a 36 horas después de la ingestión. Los síntomas iniciales incluyen: visión borrosa o visión doble, dificultad para tragar y hablar, y posibles problemas gastrointestinales como estreñimiento, náuseas y vómitos. A medida que avanza, el paciente experimenta debilidad o parálisis, en los músculos de la cabeza, progresando hacia la parte inferior del cuerpo. La respiración se vuelve difícil. Sin atención médica se puede producir insuficiencia respiratoria y muerte.
– Transmisión por heridas
Está relacionada con traumatismos (lesiones por aplastamiento grave de las extremidades), cirugía y uso de drogas ilegales. Se produce cuando los clostridios colonizan una herida infectada y producen la toxina botulínica. Los síntomas generalmente aparecen entre cuatro y 18 días después de la lesión y son similares al botulismo de origen alimentario, aunque los síntomas gastrointestinales pueden estar ausentes.
– Botulismo infantil
A diferencia de los adultos, los niños menores de 1 año son vulnerables de que la toxina clostridium botulinum colonice el intestino. Los bebés ingieren las esporas por la miel o por la ingestión de esporas en el polvo. Las esporas germinan en el intestino grueso y, a medida que crecen las bacterias, producen la toxina botulínica que es absorbida por el organismo. Los primeros síntomas incluyen estreñimiento, letargo y falta de apetito. Con la progresión del botulismo, chupar y tragar se hacen más difíciles. Una madre que amamante se dará cuenta por la congestión mamaria (acumulación excesiva y dolorosa de leche en los senos) como primera manifestación de la enfermedad del bebé. El bebé sufre debilidad general y no puede controlar los movimientos de la cabeza, debido a la parálisis fláccida de los músculos. La respiración se altera y la muerte por insuficiencia respiratoria es un peligro muy real.