Ictiosis Tratamiento de ictiosis
La mayoría de los tratamientos para la ictiosis son tópicos, lo que significa que se aplican directamente sobre la piel. Algunas formas de ictiosis requieren dos formas de tratamiento, la reducción de la acumulación de escamas y la hidratación de la piel subyacente. La reducción de la cantidad de escamas se consigue mediante queratolíticos. Entre estos medicamentos destacan la urea, el ácido láctico y el ácido salicílico. Una mezcla de Vaselina, propilenglicol al 60% y glicerina tienen bastante éxito como agentes hidratantes, al igual que muchos productos disponibles en el mercado. También es beneficioso incrementar la humedad ambiental para la prevención de la sequedad de piel.
Debido a que la piel actúa como una barrera para el medio exterior, los medicamentos tienen dificultades para penetrar, especialmente a través de la gruesa piel de las palmas de las manos y las plantas de los pies. Esta resistencia se reduce en gran medida con la maceración (ablandamiento de la piel). Introducir las manos en agua macera la piel y la arruga. Cubrir las manos con guantes de goma o plástico también macera la piel. Aplicar el medicamento y luego cubrir la piel con un apósito oclusivo facilitará la entrada de la medicina y aumentará su efecto.
Para controlar el picor y la infección se necesitan tratamientos secundarios. Los productos comerciales que contienen alcanfor, mentol, aceite de eucalipto, aloe y sustancias similares son muy eficaces como antipruriginosos. Si las grietas de la piel son lo suficientemente profundas, se crea una vía de infección. Los antibióticos tópicos como la bacitracina son eficaces para la prevención y en las primeras etapas de estas infecciones de la piel. La limpieza con peróxido de hidrógeno también inhibe la infección.
Por último, hay derivados tópicos e internos de vitamina A llamados retinoides que mejoran el crecimiento de la piel y se utilizan para casos graves de acné, ictiosis y otras condiciones cutáneas.