Visión
Los ojos son los órganos sensores del sentido de la vista y de todas las capacidades implicadas en él, como distinguir las formas, tamaños y distancias, apreciar velocidades, coordinar nuestros movimientos y apreciar y distinguir los colores. Los defectos de refracción constituyen los problemas oculares más frecuentes, y son la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia.
Existen muchos tipos de problemas y perturbaciones visuales entre las cuales se pueden mencionar: visión borrosa, halos, puntos ciegos, flotadores y otros síntomas.
La visión borrosa es la pérdida de la agudeza visual y la incapacidad para visualizar pequeños detalles. Los puntos ciegos (escotomas) son "agujeros" oscuros en el campo visual en los cuales no se puede ver nada.
Los cambios en la visión, los puntos ciegos, los halos alrededor de las luces, la falta de nitidez o el oscurecimiento en la visión pueden representar una enfermedad ocular, envejecimiento, lesión ocular o una condición, como la diabetes, que afecte muchos órganos en el cuerpo.
Patologías más frecuentes
– Miopía
La miopía es un defecto de la capacidad de refracción de la visión. Es decir es un defecto de la capacidad que tiene el ojo para enfocar correctamente los objetos en el punto adecuado de la retina, en el caso de la miopía, la imagen del objeto visualizado no se proyecta justo en la retina sino por delante de ella. En la hipermetropía sucedería lo contrario y la imagen se enfocaría más allá de la retina.
Causas
La miopía puede ser debida a un aumento en el diámetro antero-posterior del globo ocular (es la causa más frecuente), a un aumento de la capacidad de refracción de alguna de las capas del ojo: la córnea, el cristalino o el humor acuoso, o también puede estar originada por un aumento en la curvatura de la córnea o del cristalino.
La miopía puede ser de nacimiento (congénita), esta forma es de una elevada graduación y no aumenta en la época de crecimiento (adolescencia), mientras que la adquirida en las primeras épocas de la vida o en la etapa escolar sí aumenta con el crecimiento del niño. No existe en la actualidad ningún método capaz de detener esta progresión.
Síntomas
La forma de presentarse la miopía varía según su grado. En general el niño tendrá una disminución de su capacidad visual para ver de lejos más o menos intensa; por ello, el niño se acercará a los objetos para verlos bien, presentará fatiga visual que le puede producir dolor de cabeza, enrojecimiento y dolor de los ojos, e incluso puede bizquear. Más raramente puede el niño mayor decir que ve como moscas volando o lucecitas brillantes. Además hay un gesto característico del miope que consiste en cerrar más los ojos cuando se mira a objetos lejanos.
Diagnótico
La detección de los defectos visuales antes de la edad de 5 años es muy importante y de mucha utilidad para conseguir un tratamiento efectivo, además en esta época el aprendizaje escolar ya ha adquirido bastante entidad y mejorar el rendimiento escolar es fundamental. Por ello, todos los niños, tengan molestias visuales o no, deberán realizar en los controles de salud, diferentes pruebas para valorar la agudeza visual a fin de detectar posibles déficits visuales.
En estos casos la exploración definitiva por parte del oftalmólogo nos ayudará a valorar el problema visual del niño y comenzar cuanto antes su tratamiento.
Como dijimos antes, la miopía adquirida suele aumentar de forma lenta hasta el final de la adolescencia, no es de mucha graduación (menos de – 6 dioptrías), es la más frecuente y se corrige bien con las gafas adecuadas. En las formas congénitas, el grado de miopía suele ser superior a – 6 dioptrías, su corrección no es tan buena y necesita un control periódico más estricto para evitar complicaciones (desprendimiento de retina, del humor vítreo, etc.).
Tratamiento
El tratamiento será la corrección óptica con lentes adecuadas al defecto de refracción del ojo. Las gafas suelen ser bien aceptadas por los niños, especialmente si el ambiente que les rodea es favorable; las gafas "securizadas" (de lentes irrompibles) son una ventaja para el niño y no son un problema en caso de posibles traumatismos.
Las lentes de contacto no se utilizan en los niños hasta que han adquirido la capacidad de manejarlas con facilidad, es decir, pasados los 10 años y en adelante. Los tratamientos quirúrgicos pueden estar indicados en casos muy importantes y siempre en personas que han finalizado ya su crecimiento (cirugía refractiva, láser, etc.).
– Hipermetropía
La hipermetropía es un defecto de visión que afecta a cerca del 10% de la población general. En el ojo hipermétrope, las imágenes se forman detrás de la retina. Sobre el plano óptico, el ojo hipermétrope es demasiado "corto" para el ojo que fija un punto alejado; así pues, la imagen se proyecta detrás de la retina, por lo que se vuelve borrosa.
El ojo hipermétrope intenta corregir el defecto mediante la acomodación, es decir, la contracción o el estiramiento del cristalino (una lente que se encuentra dentro del ojo). El hipermétrope joven puede corregir el defecto mediante este mecanismo de acomodación, pero esta capacidad disminuye con la edad y en situaciones de cansancio visual.
Síntomas
Los síntomas de la hipermetropía constitucional son variables, según la importancia de la anomalía, y en general, sólo aparecen cuando la capacidad de acomodación disminuye.
Al principio, suele producir molestias visuales simples, variables de un día para otro, con una disminución inicial de la visión cercana (lectura), y afectación posterior también de la visión lejana.
Algunas hipermetropías favorecen la aparición de ciertas enfermedades del ojo, como el glaucoma agudo. En las personas adultas, una hipermetropía adquirida de comienzo súbito puede revelar una enfermedad ocular más grave: luxación o subluxación del cristalino, edema de la retina, tumores de órbita…
Diagnóstico
El oftalmólogo verifica la agudeza visual en la visión de lejos y de cerca, y controla el grado exacto de hipermetropía mediante un aparato llamado refractómetro, que le permite saber el tipo y grado de hipermetropía que padece cada uno. Esto permite al oftalmólogo prescribir la corrección óptica adaptada a cada caso.
El oftalmólogo buscará asimismo posibles anomalías asociadas (estrabismo, riesgo de glaucoma agudo).
Atención especial
En el niño, toda desviación de los ojos intermitente o permanente (estrabismo), o todo antecedente familiar de estrabismo, aconseja una consulta con un oftalmólogo para diagnosticar y tratar lo más pronto posible una hipermetropía. El tratamiento es más eficaz cuanto antes se establezca, y si no se hace pronto, se corre el riesgo de que uno de los ojos no se desarrolle correctamente y acabe presentando una mala visión (ambliopía) permanente.
En el adulto, si la visión se deteriora hace falta comprobar que las lentes correctoras estén bien adaptadas a la visión.
Tratamiento
No existe ningún colirio u otro tipo de tratamiento farmacológico que cure la hipermetropía.
En el niño, el tratamiento consiste generalmente, en lentes correctoras adaptadas; en algunos casos, son necesarios tratamientos complementarios.
En los adultos, según el nivel de actividad y los propios deseos de cada uno, y en función del examen que se le haga, el oftalmólogo puede aconsejar gafas o lentillas de contacto, o, con menos frecuencia, proponerle una intervención de cirugía refractiva.
La cirugía de los trastornos de refracción es cada vez más frecuente en los países desarrollados, dados sus buenos resultados y su bajo nivel de complicaciones. La técnica más empleada en la actualidad es la llamada LASIK (siglas en inglés de "queratomileusis in situ con láser") que consiste en un corte inicial sobre la córnea para obtener una lámina colgante ("loncha"), darle la vuelta y modelar el lecho corneal con láser, y finalmente recolocar en su sitio la lámina corneal. Todo el proceso se lleva a cabo en unos minutos, con anestesia local.
La técnica LASIK sirve para tratar tanto la hipermetropía o la miopía como el astigmatismo, aunque tiene sus limitaciones fundamentalmente en función del número de dioptrías a corregir. Hipermetropías muy elevadas por encima de aproximadamente cinco dioptrías deben ser cuidadosamente evaluadas por el oftalmólogo antes de indicar una cirugía LASIK.
Las hipermetropías superiores a cinco dioptrías pueden ser intervenidas con otras técnicas, bien colocando lentes por encima del cristalino, o bien sustituyéndolo, en función de la edad del paciente.
En el niño, la corrección óptica de una hipermetropía debe realizarse en el caso de que presente síntomas visuales, es decir visión borrosa, dolores de cabeza, lagrimeo… En el caso de que la hipermetropía vaya acompañada de un estrabismo (el niño "mete" uno de los ojos hacia dentro) debe corregirse siempre, ya que en muchas ocasiones la adecuada corrección de la hipermetropía puede solventar el problema del estrabismo y permitir un adecuado desarrollo de la visión en ambos ojos.
En el adulto, en la práctica a partir de los 15 años, la corrección óptica de una hipermetropía es fundamentalmente una cuestión de comodidad, salvo en aquellas actividades en las que está en juego la seguridad, como la conducción de automóviles, en las que es obligatorio llevar gafas o lentillas de contacto.
– Astigmatismo
El astigmatismo es una condición en la que hay trastorno de la visión (borrosa, no enfocada, poco clara) debido a que la córnea (la superficie frontal del ojo) o cristalino, que está localizado detrás de la córnea, tiene una curva anormal o irregular (deformada). El astigmatismo puede ocurrir en niños así como en adultos. El astigmatismo es bastante común y no es contagioso.
Tipos
Existen dos tipos comunes de astigmatismo: astigmatismo corneal y astigmatismo lenticular.
- Astigmatismo corneal es cuando la córnea está deformada.
- Astigmatismo lenticular es cuando el cristalino está deformado.
Existen varias opciones de tratamiento para el astigmatismo. Si usted sospecha que tiene astigmatismo, contacte a su médico.
Se desconoce la causa precisa de astigmatismo. Con frecuencia está presente desde el nacimiento y puede coexistir con miopía o hipermetropía. Algunas veces puede ocurrir después de una lesión o cirugía ocular.
Factores de riesgo
Un factor de riesgo es aquello que incrementa su probabilidad de contraer una enfermedad o condición.
Los siguientes factores incrementan sus probabilidades de desarrollar astigmatismo. Si usted tiene alguno de estos factores de riesgo, dígaselo a su médico:
- Herencia – Un historial familiar de enfermedades o trastornos oculares, como glaucoma
- Cirugía Ocular – Algunos tipos de cirugía, como retiro de cataratas (los cristalinos de los ojos están nublados)
- Un historial de cicatrización o adelgazamiento de la córnea
- Un historial de miopía excesiva (un defecto visual donde los objetos distantes aparecen borrosos) o hipermetropía (un defecto visual en el que los objetos distantes se ven mejor que los objetos que están cerca).
Síntomas
Los síntomas de astigmatismo varían de una persona a otra. Algunas personas pueden ser asintomáticas (no muestran señales de la condición) mientras que otras son sintomáticas (muestran señales de la condición). Si usted experimenta alguno de estos síntomas, no asuma que se debe a astigmatismo. Estos síntomas pueden ser causados por otras condiciones de salud menos serias. Si experimenta alguno de ellos, consulte a su médico.
- Mareos
- Dolores de cabeza
- Visión borrosa (los objetos aparecen poco claros) o distorsionada (los objetos aparecen torcidos o fuera de enfoque)
- Hacer bizco o cerrar excesivamente los ojos
Diagnóstico
Su médico le preguntará acerca de sus síntomas y antecedentes clínicos, y le realizará un examen físico. Usted también puede ser canalizado con un médico que se especialice en el tratamiento médico y quirúrgico de trastornos oculares y mediciones de la visión (oftalmólogos) o un profesional capacitado y autorizado que pueda diagnosticar enfermedades de la visión y oculares y prescribir lentes correctivos (optometrista). Las pruebas pueden incluir las siguientes:
- Examen de Valoración de Agudeza Visual (VAT) – esta prueba se usa para medir qué tan bien puede distinguir diferentes tamaños de letra o símbolos (de muy grandes a muy pequeños) a una distancia específica
- Examen con Refractor – esta prueba usa un refractor, un instrumento especial que tiene lentes intercambiables de diferentes graduaciones para medir qué tan bien ve objetos a varias distancias. El oftalmólogo u optometrista le pedirá que vea a través del lente y lea un cuadro que está a varios pies de distancia. El oftalmólogo u optometrista ajustará la graduación del lente con base en sus respuestas.
- Queratoscopio – un aparato usado para detectar y medir la presencia de curvatura en superficie corneal.
Tratamiento
Hable con su médico acerca del mejor plan de tratamiento para usted. Las opciones de tratamiento incluyen las siguientes:
- Lentes Correctivos: se prescriben lentes correctivos, como gafas o lentes de contacto tópicos para contrarrestar las anormalidades o defectos visuales, como miopía o hipermetropía excesivas.
- Cirugía: para corregir el astigmatismo severo, un oftalmólogo puede usar navajas especiales o un rayo láser para corregir la curva anormal o irregular de la córnea. La cirugía es un procedimiento de paciente externo (no requiere una estancia en el hospital) que se realiza con anestesia local.
Existen tres tipos de procedimientos quirúrgicos que puede realizar un oftalmólogo:
- Queratectomía Fotorrefractaria (PRK) – se usan rayos láser para volver a dar forma a la curva anormal o irregular de la córnea
- Keratomileusis in situ con Láser (LASIK) – este es un tipo de PRK; el oftalmólogo usa un rayo láser para volver a dar forma a la curva de la córnea al hacer cortes (cortes con láser) en ambos lados de la córnea.
- Queratotomía Radical (RK) – Se hacen pequeñas incisiones (cortes) u orificios dentro de la córnea.
- Queratomileusis Subepitelial asistida con Láser (LASEK) – un procedimiento que no se usa tan comúnmente, sin embargo, puede ofrecer beneficios adicionales especialmente para pacientes con córneas delgadas o en alto riesgo de una lesión ocular.
Existen factores de riesgo asociados con todas las cirugías. Para elegir la mejor opción de tratamiento quirúrgico para su condición, es importante que hable con su médico sobre posibles riesgos y efectos secundarios.
Prevención
No se conocen medidas preventivas que reduzcan sus probabilidades de contraer astigmatismo. Sin embargo, realizarse un examen minucioso de la visión rutinariamente reducirá sus probabilidades de que no se le diagnostique (no se identifique) o trate el astigmatismo.
– Presbicia
La presbicia es una patología visual en la que la lente del cristalino del ojo comienza a endurecerse y a perder flexibilidad, lo que hace más difícil poder enfocar los objetos cercanos. La presbicia suele manifestarse alrededor o después de los 40 años, motivo por el cual en ocasiones se la conoce como hipermetropía relacionada con la edad.
Síntomas
La presbicia es una patología caracterizada por la incapacidad de concentrar la vista en objetos que se encuentren al alcance de la mano. Si usted sufre de presbicia, verá las palabras borrosas cuando esté leyendo, y es posible que necesite más luz, o luz más brillante, para poder ver claramente de noche.
Las personas con presbicia comienzan a experimentar dificultades para leer periódicos, libros, menús y demás objetos a cortas distancias, aun cuando hayan gozado de una visión perfecta toda la vida. Muchos pacientes también pueden experimentar dolor, fatiga y dolor de cabeza como resultado del esfuerzo adicional al que someten sus ojos.
Causas
La hipermetropía relacionada con la edad suele ser el resultado de una pérdida de la flexibilidad de la lente del cristalino del ojo, que tiende a endurecerse con el tiempo. La presbicia es causada por una pérdida gradual de la capacidad del cristalino para aplanarse y aumentar de grosor, acciones necesarias para concentrar la vista en objetos cercanos. Si bien la presbicia parece manifestarse repentinamente, en realidad se desarrolla durante varios años. Como es parte natural del proceso de envejecimiento del ojo, no se puede prevenir y es posible que empeore con el tiempo.
Hiperopía y presbicia
Pese a que los síntomas de la hiperopía y la presbicia son similares, sus causas son bastante diferentes. La hiperopía es un error refractivo que hace que los objetos cercanos parezcan borrosos. En la hiperopía, el ojo es demasiado corto desde la parte anterior a la posterior, lo que hace que la luz se concentre detrás del ojo y no sobre la retina. La hiperopía suele estar presente desde el nacimiento, mientras que la presbicia se manifiesta más adelante en la vida.
Diagnóstico
La presbicia se puede diagnosticar a través de un examen ocular integral, durante el cual su oftalmólogo llevará a cabo una serie de pruebas para determinar el grado de su presbicia y cualquier otro problema en sus ojos. Una de las cosas que deberá hacer será leer una serie de palabras a una distancia habitualmente cómoda.
Luego, usted probará varias graduaciones correctivas para determinar la que mejor se adapte a su hipermetropía. Si desea obtener más información acerca de los anteojos y otras opciones correctivas, consulte la página de tratamiento de la presbicia.
La presbicia es parte del proceso de envejecimiento natural y no se puede prevenir. Sin embargo, es posible que las personas que pasan mucho tiempo frente al monitor de una computadora o realizan tareas que requieren esfuerzo visual a corta distancia tengan síntomas más graves más rápidamente.
Si usted realiza tareas que requieren esfuerzo visual a corta distancia, debe tomar descansos frecuentes para concentrar los ojos en objetos lejanos. Esto puede servir como ayuda para evitar la aparición de presbicia de forma prematura.
Como la hipermetropía relacionada con la edad tiende a desarrollarse durante un prolongado período de tiempo, a menudo las personas no reconocen sus síntomas; por eso, es necesario someterse a exámenes oculares periódicos para diagnosticarla.
Aun cuando no padezca presbicia ni otros problemas de la visión y corra poco riesgo de sufrir enfermedades oculares, debería consultar a un oftalmólogo al menos una vez entre los 20 y los 29 años, dos veces entre los 30 y los 39, cada dos a cuatro años entre los 40 y los 65, y anualmente o cada dos años luego de los 65 años.
Cualquiera sea su causa, los cambios en la visión nunca deben tomarse a la ligera ya que pueden empeorar e impactar de manera considerable la calidad de vida de la persona.
Otros problemas de la vista
– cataratas (también común en los ancianos, es la opacidad sobre el cristalino del ojo)
– glaucoma (aumento de la presión en el ojo, ocasiona la pérdida de la visión en cualquiera de los lados)
– retinopatía diabética (complicación de diabetes puede llevar a sangrado dentro de la retina y es otra causa común de ceguera)
– degeneración macular (pérdida de la visión central, visión borrosa y distorsionada. Es la mayor causa de ceguera en personas de más de 60 años)
– flotadores (pequeñas partículas que flotan a través del ojo que pueden ser un signo de desprendimiento de la retina)
– desprendimiento de retina
– neuritis óptica (inflamación del nervio óptico debido a una infección o esclerosis múltiple)