Dormir poco o “en exceso” puede favorecer la aparición de la obesidad
Las pautas cortas de sueños y, al mismo tiempo, dormir "en exceso" conducen a un mayor riesgo de obesidad, tanto en la edad infantil como en los adultos.
En la que han colaborado investigadores y especialistas de prestigio, se recogen diferentes estudios que muestran que dormir poco perturba las hormonas que regulan el apetito, como la leptina y ghrelina, lo que hace que, tras largos periodos de privación de sueño, se observe un cambio hormonal que aumenta el apetito y la ingesta de calorías.
Los estudios realizados en bebés indican que aquéllos que duermen menos de 12 horas al día incluyendo el sueño de la noche y de las siestas diurnas incrementan la adiposidad y las posibilidades de padecer sobrepeso a los tres años.
El doctor Manuel Serrano Ríos, catedrático emérito de Medicina Interna de la Universidad Complutense de Madrid y Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), advierte que no sólo las pautas cortas de sueños conducen a un mayor riesgo de obesidad, "sino también dormir en exceso".
El director de la Fundación Lilly, José Antonio Gutiérrez, reconoce que "la obesidad es una penalidad impuesta por la modernidad, en la que abundan los alimentos hipercalóricos, y se tiende a imponer las tecnologías que ahorran las prácticas de ejercicio físico".
Insisten en la importancia de volver a los hábitos de vida saludables. "Debemos ordenar de nuevo nuestra vida", recomienda el doctor Serrano Ríos, destacando que hay que "hacer actividad física regular, aeróbica, individualizada, atender al descanso nocturno y, en definitiva, no dejarnos llevar por la herencia de la pereza".
Este nuevo manual recoge también la relación entre el periodo prenatal y el riesgo de obesidad, que para el director del Laboratorio de Genómica y Nutrición de la Universidad de Tufts, en Boston (EE.UU), José María Ordovás, "es mucho más importante de lo que pensábamos y realmente marca el destino futuro del bebe".
"En su crecimiento en el útero, el bebé detecta el ambiente externo y su fisiología lo interpreta y lo prepara para unas condiciones exteriores tras el nacimiento de mayor o menor estrés metabólico y psicológico", recomienda "dar al feto el mismo afecto y cuidado que le damos después de nacer".
Recuerda que la lactancia materna es un factor protector frente el posterior desarrollo de obesidad.
A este respecto, "la lactancia debe adecuarse a la progresión ponderal del bebé, ya que no siempre este tipo de alimentación es garantía de un aporte calórico suficiente".