Demencia
La demencia se define como un síndrome adquirido de alteración intelectual persistente que compromete la función de múltiples esferas de la actividad mental tales como la memoria, el lenguaje, las habilidades visuales y espaciales, la emoción o la personalidad y la cognición.
La demencia no es una enfermedad específica, sino que es un término descriptivo para una colección de síntomas que pueden ser el resultado de varios trastornos que afectan al cerebro. Las personas que tienen demencia tienen un significativo impedimento en el funcionamiento intelectual, que interfiere con sus actividades normales y sus relaciones personales.
También pierden la capacidad para resolver problemas y para mantener el control emocional, y pueden tener cambios de personalidad y problemas de conducta, tales como agitación, delirio y alucinaciones.
Característicamente, esta alteración cognitiva provoca incapacidad para la realización de las actividades de la vida diaria. Los déficits cognitivos pueden afectar a cualquiera de las funciones cerebrales particularmente las áreas de la memoria, el lenguaje (afasia), la atención, las habilidades visuoconstructivas, las praxias y las funciones ejecutivas como la resolución de problemas o la inhibición de respuestas.
Causas
La demencia es un síndrome clínico que puede ser producido por numerosas causas y que implica un deterioro intelectual, por lo general crónico, pero no necesariamente irreversible ni progresivo. Este deterioro intelectual conduce a una afectación de las capacidades funcionales de la persona lo suficientemente importante como para interferir en sus actividades sociales y laborales.
La principal alteración se suele observar en el terreno de la memoria, pero también hay alteración de otras funciones superiores, incluyendo alteraciones emocionales, del comportamiento y de la personalidad. Tanto la pérdida de memoria como la alteración en otras funciones deben constatarse en una exploración psicopatológica y deben ser confirmadas por un familiar o cuidador.
Síntomas
Durante la evolución de la enfermedad se puede observar pérdida de orientación tanto espacio-temporal como de identidad. La demencia puede ser reversible o irreversible según el origen etiológico del desorden.
Los pacientes según avanza la enfermedad pueden mostrar también rasgos psicóticos, depresivos y delirios. Dentro de los síntomas conductuales los primeros hallazgos consisten en cambios de personalidad o de conducta leves, que posteriormente se hacen más evidentes con cuadros de delirio o alucinaciones.
Los dementes suelen experimentar cuadros de confusión al ser hospitalizados o secundarios a otras enfermedades como infecciones o alteraciones metabólicas.
Causas de la demencia
La demencia puede estar producida por diferentes causas. En todos los casos, implica un daño de las células cerebrales. Este daño puede ser ‘interno’ o ‘externo’.
En el caso de la enfermedad de Alzheimer, se trata de un daño interno: los cambios afectan de forma selectiva a las células cerebrales, impidiéndolas funcionar. Y finalmente se produce la muerte de estas células.
Un posible daño externo puede ser la falta de oxígeno. Este puede ser el caso cuando se produce un endurecimiento de los vasos sanguíneos del cerebro.
En algunas ocasiones, esto tiene lugar en diferentes lugares del cerebro. Esta condición se conoce con el nombre de demencia multi-infarto o vascular.
Escalas de medición de la demencia
Veamos a continuación alguna de la escala mas utilizada para determinar el grado de demencia que sufre el paciente.
– Escala de clasificación de demencia
Conocida también por el acrónimo CDR. Es una escala creada por Hughes que clasifica la evolución de deterioro cognitivo a demencia en cinco etapas de acuerdo a las características que presente el individuo en seis áreas: orientación, memoria, juicio, vida social, hogar, aficiones y autocuidado.
Se valoran niveles 0, 0,5, 1, 2 y 3, siendo este último equivalente a demencia avanzada, y el primero a cognición normal.
– Escala de Cornell
Método que evalúa la presencia de signos relacionados con el humor y el ánimo, los trastornos de conducta, los signos físicos, las funciones psíquicas y los trastornos ideacionales. Asigna puntuación de acuerdo a la intensidad de la sintomatología.
Es de utilidad en valoración de síntomas depresivos en casos de demencia.
– Escala de demencia de Blessed
Tambien conocida por el acrónimo BDRS. Es una escala que cuenta con una sección de evaluación de funciones cognoscitivas y otra de evaluación conductual ampliamente utilizada. Como defecto cabe destacar que no discrimina los efectos de la edad y del nivel educacional.
– Escala de deterioro global de Reisburg
Baremo que clasifica la progresión y la severidad del deterioro cognitivo en siete niveles, en la que cero equivale a ausencia de deterioro cognitivo y siete, a demencia avanzada. Conocido por sus siglas inglesas GDS.
– Escala de evaluación del Alzheimer
Instrumento psicométrico de diagnóstico, seguimiento y valoración sintomática de los pacientes con enfermedad de Alzheimer y otras demencias. La prueba se divide en dos partes diferenciadas, ADAS-Cog y ADAS-Nocog, que evalúan respectivamente áreas cognitivas y conductuales de la enfermedad.
Tipos de demencia
Las demencias se pueden clasificar en 4 grandes grupos:
- demencias degenerativas primarias, que son las más frecuentes y se producen por un trastorno que afecta primariamente al sistema nervioso central (entre las que se encuentra el Alzheimer)
- demencias secundarias (entre las que se incluyen las demencias de origen vascular y las demencias producidas por alteraciones metabólicas o déficits de determinados elementos)
- demencias combinadas o de causas múltiples, entre las que se encuentran la demencia mixta (vascular y degenerativa)
- otras demencias que se asocian a varias posibles causas.
Otras formas poco frecuentes de demencia
• demencia frontotemporal
• demencia con cuerpos de Lewy difusos
• demencia asociada con Parkinson
También existen enfermedades de todo tipo en las que la demencia constituye uno de sus síntomas. Por ejemplo, mal funcionamiento de la glándula tiroides, deficiencias vitamínicas graves, trastornos genéticos poco frecuentes como la Corea de Huntington, infecciones cerebrales como ocurre con el SIDA, aumento de líquido cefalorraquídeo y neoplasias cerebrales como la diseminación del cáncer de pulmón o de mama.
Por último, la demencia es muy habitual en drogodependientes, incluso cuando no tienen más de 40 años.
Otras enfermedades: alzheimer, demencia senil, hipertension, etc.