La siesta fortalece el corazón

El sueño adecuado se incluye en la mayoría de planes preventivos de salud y hábitos orientados a una vida sana. Varios estudios han llegado a la conclusión de que si una persona saludable no duerme las horas necesarias, aumenta el riesgo de sufrir calcificación de las arterias coronarias, hipertensión y problemas cardiovasculares a largo plazo. Dormir de manera adecuada podría formar parte de los tratamientos recomendados para tratar esta enfermedad. 

La American Academy of Sleep Medicine invita a seguir una serie de consejos para poder dormir correctamente. Entre ellas se incluye cumplir una rutina constante, relajarse antes de acostarse, conseguir una noche completa de sueño sin interrupciones, evitar comidas o bebidas con cafeína o medicamentos estimulantes, olvidarse de las preocupaciones por unas horas, no ir a la cama con hambre pero no comer en gran cantidades durante la cena, evitar ejercicios intensos dentro de las seis horas antes de ir a dormir, tratar de levantarse cada día a la misma hora y, por último, hacer del dormitorio un espacio tranquilo, oscuro y un poco fresco. 

Una buena siesta

La tradición de la siesta es también un buen método para fortalecer el corazón. Un artículo de 2007 publicado en la revista "Archives of Internal Medicina" aseguraba que dormir media hora al mediodía al menos tres veces a la semana favorece al corazón de personas trabajadoras y reduce el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares en un 34%. Este porcentaje se eleva al 37% cuando dicho descanso supera los 30 minutos. 

Otras investigaciones no están tan de acuerdo con la eficacia de la siesta. Dichos estudios se centran en la necesidad de elaborar más investigaciones que tengan en cuenta personas con alimentaciones muy copiosas ricas en grasa. Este tipo de alimentación podría reducir los efectos beneficiosos de la siesta. Varios expertos aseguran que el ritmo de vida frenético actual de la mujer, sometida en muchos casos a estrés, también tiene efectos directos en los factores de riesgo cardiovascular.